lunes, 11 de mayo de 2009

Que broma de vida!

              Viendo Watchmen el otro día me fijé en la frase que pregonaba continuamente el Comediante: “La vida no es más que una broma pesada”. La verdad es que una vez uno consigue alejarse de sus propios sentimientos, una vez uno consigue mirar la realidad desde el prisma de la imparcialidad, no puede más que reírse de la vida. Por que la vida, en efecto, es una broma. Nunca sabes por donde te va a salir, en ocasiones se viste de fina ironía, otras de atroz realidad, pero la vida, al fin y al cabo, no hace más que aguardarte sorpresas mordaces, que si no fuera por ser como eres, provocarían el llanto y la desesperación más oscuros.
              La vida hay que tomársela a broma. ¡Carpe Diem! pregonaban los antiguos, y cuanta razón tenían. Cuando uno se plantea un sueño no puede esperar otra cosa que que alguien se lo arruine. Cuando uno cree que nada puede ir peor, la vida es capaz de sorprenderle por el costado más doloroso. Cuando uno tiene un problema, siempre, su única solución sera acercarse a su enemigo antagónico y pedirle por favor que le ayude. La vida siempre castiga a los vanidosos, a los soñadores despegados del suelo, a los realistas hipócritas, a los que un día creyeron tenerlo todo, a los que siempre quisieron estar peor. La vida, al fin y al cabo, no es mas que un sueño, y en los sueños, aunque solo sean sueños, puede ocurrir cualquier cosa, normalmente la mas inesperada. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario