lunes, 11 de mayo de 2009

Filosofía barata (un concepto muy usado en este blog)

                Para escribir un buen trozo de filosofía barata hace falta, en primer lugar, alguna experiencia personal. Puede ser cualquier gilipollez, desde que se te ha muerto el perro hasta que te ha dejado la novia. Sobre esta base, que es muy importante que el resto de tus amigos conozca, construyes una metáfora (barata también) que transforme tu desgracia en algo comprensible, cuanto más sencillo mejor. Por ejemplo, que se te muere el gato? El gato representa para ti la monotonía, el saber que siempre hay alguien esperándote, que te necesita, osea que es como una cama, que siempre esta ahí... vale? Luego sueltas alguna frase inicial que impacte, del tipo... “Ya no duermo en mi cama...” y continuas con la payasada “... duermo en el suelo, incomodo, sin poder cerrar los ojos. Mi cama se ha ido, para siempre. Cada día, cuando miro el hueco blanco que ha dejado, me deprimo. Mi cama, que siempre ha estado ahí, dándome calor, dándome cobijo... Ella siempre me quiso, y ahora, por culpa de la crisis (una enfermedad de los gatos) se ha marchado... Mi casa sin mi cama es una embajada, un pasillo sin ventana, una muerte en la estacada (si plagias a Sabina y consigues que rime ya, vamos... la ostia)". Luego lo único que tienes que esperar es a que la gente comente, y diga... “dios tío, que profundo, lo siento por tu perro... o era un gato?...” Bueno, cosas así...
El caso es que muchas veces se te puede ir la pinza, la filosofía barata es lo que tiene, que tanta metáfora y tanta historia, al final acabas sin enterarte de quien es quien. Puedes cometer peligrosos errores como: “La vida es como una caja de bombones, hay unos que te gustan, y otros que no, pero no sabes cual es cual, así que coges uno y lo pruebas y te gusta, pero al final se acaba y vuelves a intentar comértelo (vamos lo típico, una tía te mola, pero te deja...) y ya no está, así que siempre estas dándole vueltas al tema de como conseguir el mismo bombón, y mientras miles de bombones buenísimos están delante tuyo, pero tu solo quieres el que tenias antes. Así que al final tienes que coger uno que se parece pero que no es lo mismo (acabas de dejar a tu actual novia como una mierda...)” Este tipo de cagadas son muy comunes, y al final acaban por pasarte factura, aunque nadie entienda lo que escribes. 
                Otro problema de la filosofía barata es la emoción que le pones a tus relatos. Por lo general siempre intentas dirigirlos a alguien, quieres que esa persona sepa lo que sientes por ella sin tener que decirlo directamente, o como mínimo intentar que comprenda tu punto de vista de las cosas. Por ejemplo puedes empezar en plan relato “Viajaba en busca de un templo, un templo gigantesco y con muchas piedras preciosas, en él todo era perfecto. Un día lo divisé en la lejanía era blanco, como el marfil, conforme me fui acercando fui descubriendo que sus cercanías eran preciosas, muy acogedoras. Pero que el castillo en sí estaba rodeado de un muro de hielo. Ese muro de hielo se derretía de vez en cuando, pero en ocasiones, cuando estaba apunto de entrar el muro se derretía tanto que inundaba el castillo y debía abandonarlo. Así que por los años de los años tuve que entrar y salir en momentos muy precisos, siempre entrando y saliendo, entrando... y saliendo... conforme a la marea del muro...(en medio minuto has hablado del carácter de la chica y has hecho una analogía sexual, si no has metido la pata hasta el fondo es que tienes mucha suerte...)
                 Por último, si quieres que tu trozo de filosofía barata triunfe debes hacerlo corto, sin muchos párrafos, para que la gente no se asuste al leerlo, por que, siguiendo en el campo de las metáforas “leer es a los jóvenes de ahora, lo que el lobo a caperucita (y lo sueltas así, sin explicación ni gracia!)” Siguiendo este ultimo consejo, este texto va a ser leído por tres o cuatro personas a lo sumo. Más que nada por que nadie aguanta algo tan malo y largo a la vez....

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