martes, 12 de mayo de 2009

3 Ralladas (Rallada=Texto del cual me arrepiento pero no mucho...)

                  Hoy tres ralladas. La primera es de hace tiempo, una rallada sobre la nada, una rallada sobre la curiosidad de la misma rallada. La segunda, sobre todos, sobre la sociedad y la vida, sobre que se espera de esta vida. La tercera y última sobre sensaciones (muy pastelona, sobre amores adolescentes).

1..................................................................

ESTE TEXTO NO TIENE NINGUN SENTIDO:
La verdad es que nada aquí tiene ningún sentido. Hèctor parece interesado, Nico mira sin ver, y Gabi parece dormir. Como ya he dicho, este texto no tiene ningún sentido.
Se acabó, media hora aburrido ha producido tos lineas de pseudo literatura, una literatura desinteresada y sobre todo, desinteresante. Una escritura que provoca en el lector la desaprensión, el desanimo, y en general el desapego por cualquier forma de arte. Arte? Acaso esto es arte? No, ni mucho menos, no rebajemos esa forma de vida a la futilidad de esta malsama de letras inconexas, que interés tiene este texto sobre una frase del tipo aldkfjadñlf¿? Ninguno, incluso el azar y el caos tienen un misticismo oculto, un morbo interesado... Al fin y al cabo esto no es mas que el aburrimiento en persona, un fichero que se abre y se cierra solo, sin ordenes del usuario. Recordad que debemos introducir datos en el archivo siempre antes de empezar a rellenarlo... recordad que solo tres cosas no vuelven en la vida, la flecha lanzada, la palabra dada y la.... no lo recuerdo....

como decía,
este texto no tiene ningún sentido....

2....................................................................

Veo pasar el tiempo y pienso que he ganado y que he perdido, que he hecho por los demás y que han hecho ellos por mí. Y cuales son mis deudas, y que me debe la vida. Y pienso que he perdido mucho. Pero miro a los demás y veo que ellos también. Al fin y al cabo la vida es dar y dar y dar, y cuando esperas recibir quizá ese día no toca. La vida es así y que le vamos a hacer, solo podemos actuar como a nosotros nos gustaría que actuaran los demás. Hacer lo que nos gustaría que nos hicieran, y no hacer lo que no. Por que la vida es ejemplo, y el ejemplo te lo dan los demás y lo das tu al resto.

3....................................................................

Algunos dicen que no es nada, que es una tontería, una gilipollez, pero en el fondo, aunque tu quieras que sea eso, no puedes evitar sentir cierto dolor justo entre el corazón y los pulmones. Es un dolor que se te clava, no es psicológico, no es psicosomático, es real, es un dolor al notar como tu bomba de sangre va a mil, como empieza a arrancar, como poco a poco empieza a empujar sangre sin parar, por que él cree que la necesitas, por que el cree que puede ayudarte en algo, pero en realidad tu estas delante del ordenador, cara a cara, sin hacer nada, solo leyendo, y quizá un numero te mata, quizá dos bits distinguen tu victoria de tu derrota. Una partida que la juegas contra ti mismo, porque aunque no puedes cambiar nada, a ti es al único al que afecta. He ahí el quid de la cuestión: tu no puedes hacer nada, solo desahogarte, vaciarte, pero nada más. Y mientras, no puedes pensar en nada más, solo tu, la pantalla y el destino. Un destino que sabes que no te lo va a poner fácil. Por que sabes lo que pasará, aunque reces cada día para que no pase. Aunque sepas que es lo peor para todos, ese destino te alcanzará y tu estarás indefenso, solo, sabiendo que huir es inútil, solo queda el morir, ni siquiera en combate, pues ya perdiste hace tiempo, Lo mejor es darle la espalda, olvidalo y dejarlo estar. Pero entonces un día, alguien te comenta algo, algo vuelve a ser como antes, y vuelves a acordarte de todo, de lo que quisiste y de lo que te quitaron. Y vuelve el dolor, y la taquicardia, y los pulmones no dan abasto, y a ratos piensas que mejor no estar aquí, que es un rollo continuar como estas... Pero la vida vale demasiado y por “tonterías” como esta no vale la pena dar nada. Aunque tu lo habrias dado todo....

(lo que decía, muy pastelon todo en conjunto...)

lunes, 11 de mayo de 2009

Filosofía barata (un concepto muy usado en este blog)

                Para escribir un buen trozo de filosofía barata hace falta, en primer lugar, alguna experiencia personal. Puede ser cualquier gilipollez, desde que se te ha muerto el perro hasta que te ha dejado la novia. Sobre esta base, que es muy importante que el resto de tus amigos conozca, construyes una metáfora (barata también) que transforme tu desgracia en algo comprensible, cuanto más sencillo mejor. Por ejemplo, que se te muere el gato? El gato representa para ti la monotonía, el saber que siempre hay alguien esperándote, que te necesita, osea que es como una cama, que siempre esta ahí... vale? Luego sueltas alguna frase inicial que impacte, del tipo... “Ya no duermo en mi cama...” y continuas con la payasada “... duermo en el suelo, incomodo, sin poder cerrar los ojos. Mi cama se ha ido, para siempre. Cada día, cuando miro el hueco blanco que ha dejado, me deprimo. Mi cama, que siempre ha estado ahí, dándome calor, dándome cobijo... Ella siempre me quiso, y ahora, por culpa de la crisis (una enfermedad de los gatos) se ha marchado... Mi casa sin mi cama es una embajada, un pasillo sin ventana, una muerte en la estacada (si plagias a Sabina y consigues que rime ya, vamos... la ostia)". Luego lo único que tienes que esperar es a que la gente comente, y diga... “dios tío, que profundo, lo siento por tu perro... o era un gato?...” Bueno, cosas así...
El caso es que muchas veces se te puede ir la pinza, la filosofía barata es lo que tiene, que tanta metáfora y tanta historia, al final acabas sin enterarte de quien es quien. Puedes cometer peligrosos errores como: “La vida es como una caja de bombones, hay unos que te gustan, y otros que no, pero no sabes cual es cual, así que coges uno y lo pruebas y te gusta, pero al final se acaba y vuelves a intentar comértelo (vamos lo típico, una tía te mola, pero te deja...) y ya no está, así que siempre estas dándole vueltas al tema de como conseguir el mismo bombón, y mientras miles de bombones buenísimos están delante tuyo, pero tu solo quieres el que tenias antes. Así que al final tienes que coger uno que se parece pero que no es lo mismo (acabas de dejar a tu actual novia como una mierda...)” Este tipo de cagadas son muy comunes, y al final acaban por pasarte factura, aunque nadie entienda lo que escribes. 
                Otro problema de la filosofía barata es la emoción que le pones a tus relatos. Por lo general siempre intentas dirigirlos a alguien, quieres que esa persona sepa lo que sientes por ella sin tener que decirlo directamente, o como mínimo intentar que comprenda tu punto de vista de las cosas. Por ejemplo puedes empezar en plan relato “Viajaba en busca de un templo, un templo gigantesco y con muchas piedras preciosas, en él todo era perfecto. Un día lo divisé en la lejanía era blanco, como el marfil, conforme me fui acercando fui descubriendo que sus cercanías eran preciosas, muy acogedoras. Pero que el castillo en sí estaba rodeado de un muro de hielo. Ese muro de hielo se derretía de vez en cuando, pero en ocasiones, cuando estaba apunto de entrar el muro se derretía tanto que inundaba el castillo y debía abandonarlo. Así que por los años de los años tuve que entrar y salir en momentos muy precisos, siempre entrando y saliendo, entrando... y saliendo... conforme a la marea del muro...(en medio minuto has hablado del carácter de la chica y has hecho una analogía sexual, si no has metido la pata hasta el fondo es que tienes mucha suerte...)
                 Por último, si quieres que tu trozo de filosofía barata triunfe debes hacerlo corto, sin muchos párrafos, para que la gente no se asuste al leerlo, por que, siguiendo en el campo de las metáforas “leer es a los jóvenes de ahora, lo que el lobo a caperucita (y lo sueltas así, sin explicación ni gracia!)” Siguiendo este ultimo consejo, este texto va a ser leído por tres o cuatro personas a lo sumo. Más que nada por que nadie aguanta algo tan malo y largo a la vez....

Que broma de vida!

              Viendo Watchmen el otro día me fijé en la frase que pregonaba continuamente el Comediante: “La vida no es más que una broma pesada”. La verdad es que una vez uno consigue alejarse de sus propios sentimientos, una vez uno consigue mirar la realidad desde el prisma de la imparcialidad, no puede más que reírse de la vida. Por que la vida, en efecto, es una broma. Nunca sabes por donde te va a salir, en ocasiones se viste de fina ironía, otras de atroz realidad, pero la vida, al fin y al cabo, no hace más que aguardarte sorpresas mordaces, que si no fuera por ser como eres, provocarían el llanto y la desesperación más oscuros.
              La vida hay que tomársela a broma. ¡Carpe Diem! pregonaban los antiguos, y cuanta razón tenían. Cuando uno se plantea un sueño no puede esperar otra cosa que que alguien se lo arruine. Cuando uno cree que nada puede ir peor, la vida es capaz de sorprenderle por el costado más doloroso. Cuando uno tiene un problema, siempre, su única solución sera acercarse a su enemigo antagónico y pedirle por favor que le ayude. La vida siempre castiga a los vanidosos, a los soñadores despegados del suelo, a los realistas hipócritas, a los que un día creyeron tenerlo todo, a los que siempre quisieron estar peor. La vida, al fin y al cabo, no es mas que un sueño, y en los sueños, aunque solo sean sueños, puede ocurrir cualquier cosa, normalmente la mas inesperada. 


domingo, 10 de mayo de 2009

Llamar la Atención

          Todos nosotros, en el fondo de nuestro ser, lo que queremos es llamar la atención. No es un acto egoísta de creernos superiores a los demás. Es simplemente que lo necesitamos. Puede que sea por miles de razones, nuestro subconsciente animal, el ansia sexual de perpetuar la especie, la creencia en la importancia de uno mismo... Pero al fin y al cabo, todos queremos llamar la atención. Queremos que los demás se preocupen por nosotros, queremos que los demás piensen en nosotros, queremos que los demás no duerman por nosotros, porque nosotros existimos gracias a que los demás creen que existimos. 
           En este sentido a veces podemos pensar que somos pesados, que quizá tanto llamar la atención, tanto hacer el pavo, tanto intentar que se fijen en nosotros, está haciendo que los demás se cansen. Podemos llegar a pensar que si no fuera por que nosotros estamos ahí, dale que te pego llamando la atención, los demás ni se fijarían en nosotros. Y eso, lleva normalmente a darle muchas vueltas a las cosas, a pensar en uno mismo, y en su manera de ser. A creer que quizá lo que siempre creyó correcto no lo es, y que lo que debería hacer es desaparecer. Y en esos momentos difíciles, cuando uno se replantea todo. Es cuando más valoramos que alguien nos atienda. Que alguien nos diga, “No, en serio, como eres esta muy guay, y no lo cambiaría por nada del mundo”. 
           Es en esos momentos cuando aprecias a las personas, cuando te dicen que eres importante, que en su vida significas algo (y además bueno), que por ti darían cosas, que por ti se replantean su manera de actuar, que por ti ellos hacen lo que hacen. Y en ese instante no solo aprecias a la persona, si no que descubres que existes, que eres algo, que significas algo para la humanidad. Y al final, has conseguido lo que siempre querías, llamar la atención sin tener que decir: “Damas y Caballeros, por favor, fíjense en mí.”