miércoles, 3 de febrero de 2010

Quizá lo que me ocurre es que estoy cansado, tan cansado, que ya no puedo nisiquiera demostrarle a alguien lo que realmente pienso de la vida. Soy viejo en originalidad, he perdido la alegría de inventar. Soy un perro que se arrastra por su mediocridad...

Un poema interesante, para aquellos que luchan dia a dia contra algo tangible:

Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me econtrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.

Ernest Henley

lunes, 1 de febrero de 2010

Pasado

En contra de lo que siempre quise, este blog se va a convertir en algo personal...

Vuelvo a ser el de antes,
más viejo, menos inocente,
pero el recuerdo del recuerdo
me invita a pensar que todo pasado fue un reflejo del presente, y que las cosas no estan tan mal. Intentando generalizar, para que no resulte aburrido y egocentrico, diré que esto que yo vivo ahora, lo hemos vivido todos antes, es decir, el reconocer nuestro propio pasado y pensar que eramos mejores entonces. Es mentira. Hoy he descubierto que hace dos años viví la misma situación que ahora, me miré al espejo, y tube miedo de ser peor que ese recuerdo que tenia yo de mi mismo. Nuestro pasado era un máquina, pero más o menos era igual que somos nosotros, simplemente hace falta recordar, releer nuestros diarios, nuestros correos, nuestro pasado. Será entonces cuando descubramos que el chaval de 17 años al que envidiamos vivió lo mismo que nosotros, y que ese chaval que entonces era tan liberal, no ha cambiado casi nada. Nos hacemos viejos, pero no tanto como nos gustaria pensar.

Ah, y... por cierto, a esas personas, que de vez en cuando leen algo de lo que escribmos... por favor, comentad, saber que hay alguien ahí fuera a quien le interesa nuestra manera de pensar es sorprendentemente satisfactorio.