lunes, 5 de octubre de 2009

Populista.

Qué grande es el populismo, qué fácil y sencillo escribir cuatro lineas, a modo de bestseller, con un lenguaje sencillo, con frases hechas, con esos pequeños chistes que todo el mundo entiende... El populismo es la base de toda política, es ese mensaje directo, facilón, que entra rápido en la mente de la gente. Para ser un buen populista, lo primero es conocer a tu audiencia. Un mensaje sobre el socialismo democrático no será entendido ante un público barrio bajero, pero un discurso sobre lo cara que está la pescadilla últimamente, será tomado como insulto en presencia de un grupo ilustrado. El segundo paso, ya entrando en las bases de nuestro discurso, es elegir de toda tu extensa idea política, las partes más claras. No vas a entrar a predecir la caída del capitalismo en un futuro muy lejano, si no que vas a vender el libre mercado y la oferta y la demanda estranguladoras. Como plato principal, las frases directas, sencillas y graciosas, el mensaje generalista, nunca concretes, nunca te expliques. Explicarse, ante todo, es de débiles. Un líder, un mesías, un populista, posee (o se gana) la cualidad de jamás razonar nada. I eso? Eso es así porque alargarte en una idea, complicarla, o enrevesarla, desvía la actitud de tu audiencia, y hace que tus contrarios puedan encontrarle fallos. Finalmente y a modo poético, la metáfora, o el ejemplo, son un arma perfecta. Es difícil aceptar una guerra cuando eres un hombre solo, pero cuando eres el ángel redentor de la humanidad, entonces si te ves capaz de luchar. En definitiva las palabras claves son: DIRECTO, INTENSO, BONITO, y sobre todo... FÁCIL.

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